y resulta que eso era mentira y que la vida si la podía vivir como debía, es decir si podía salir a la calle y nada le pasaría como aseguraba su abuela. Era mentira, no había ni un coco ni nada que le impidiera salir a rodar el mundo. Hoy ha visitado más de 8 países en América latina, solo montando su bicicleta y nada le ha pasado, al menos de lo malo que le decían en su casa le podía pasar por ser mujer y querer desde niña montar bicicleta que era cosa solo de machos.
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